En un dramático giro de los acontecimientos, el rey Carlos III ha cortado oficialmente el apoyo financiero a su hermano, el príncipe Andrés, lo que marca un punto bajo significativo en su ya tensa relación. Esta decisión, detallada en

Según diversos informes, el hecho se produce a raíz de una serie de escándalos y controversias que han ensombrecido la vida pública del príncipe Andrés y han proyectado una larga sombra sobre la monarquía en su conjunto.

Durante años, el príncipe Andrés ha enfrentado un intenso escrutinio debido a sus vínculos con el financiero caído en desgracia Jeffrey Epstein y las graves acusaciones de conducta sexual inapropiada que han surgido en su contra. Estos problemas han obligado a Andrés a alejarse de sus deberes reales y compromisos públicos, lo que no solo ha afectado a su reputación, sino que también ha supuesto una carga para la imagen de la familia real. Mientras el rey Carlos intenta orientar el futuro de la monarquía, su decisión de cortarle la asignación a Andrés es una clara declaración sobre la rendición de cuentas y la necesidad de una reforma dentro de la institución.

El apoyo financiero en cuestión ascendía a aproximadamente 1,3 millones de dólares anuales, una suma sustancial que históricamente ha ayudado a Andrew a mantener su estilo de vida y cubrir diversos gastos personales. Al retirar esta asignación, el rey Carlos está enviando un mensaje claro sobre las consecuencias de las acciones de Andrew y la importancia de defender los valores que la monarquía pretende representar. Esta medida ilustra el compromiso del Rey con la modernización de la familia real y el refuerzo de un sentido de responsabilidad que se ajuste a las expectativas públicas.